Te extrañé.
El tiempo parecía haberse detenido para la pareja de alfa y omega, el mundo parecía no girar más para ellos, no fueron testigos ni del momento en que el personal de salud se fue de la habitación, pero al menos ahora estaban solos y juntos, definitivamente estar juntos era mejor que cualquier otra cosa existente sobre la faz de la tierra. Podían sentir el calor del otro emanando de su cuerpo, sus aromas se combinaban como no lo hicieron en dos meses completos y sus labios, su labios estaban uniéndose una y otra vez en incesantes besos castos pero anhelantes.
Jimin estaba sobre la camilla a un costado de Jungkook para olfatear con ansiedad su fuente de aroma, percibiendo el rico olor del tabaco y la tierra húmeda que tanto extrañó por todo ese tiempo, aspirando una y otra vez con alegría; su alfa regresó. El de cabello rizado lo rodeaba con algo de fuerza por la cintura, temeroso de que todo fuera un sueño y que en un abrir y cerrar de ojos, Jimin se evaporara de entre sus brazos; sentía que en cualquier momento despertaría y el amor de su vida volvería a escurrirse de sus dedos.
El omega sollozaba contra la piel de su cuello, podía sentir un tanto de alegría pero seguía experimentando dolor, pesar que hacía que su lobo estuviera tan herido al respecto, si Jimin sufre, Jungkook sufre con él porque además de sentirlo por el lazo, odia verlo así, le duele que su hermoso niño llore. Ambos estaban heridos y agotados, ambos estaban esperando ese reencuentro, ahora sus cerebros no podían asimilar la tristeza y alegría simultánea que sus corazones estaban enfrentando... Pero duele, duele ver al otro llorar.
—Perdóname, ángel —apretó más el abrazo en su cintura, se sentía debilitado pero eso no importaba ahora porque estaba abrazando a Jimin, él lo dota de fuerza—, perdóname por favor, nunca quise dejarte, nunca lo haría, lo sabes —movió su cabeza un poco, liberando más de su aroma para que se esparciera y se impregnara en la piel del menor—, nunca quise que estuvieras triste por mi culpa, lo lamento...
—Lo sé, l-lo sé, Kook —alzó su rostro cubierto por las lágrimas para mirar al otro que se encontraba casi en las mismas circunstancias—, te amo, te amo, te amo y te extrañé demasiado —picoteó sus labios de nuevo, saboreando sus propias lágrimas saladas, no le importa en lo absoluto porque tiene a Jungkook otra vez, su alfa está de vuelta para confortarlo, darle calidez, mimarlo y hacerlo fuerte, nada del sufrimiento previo importa ahora porque tiene lo que tanto anheló, todo lo que le importa está de regreso; su omega está tan contento y lloroso de igual manera, por olfatearlo de nuevo, por besarlo de nuevo, por sentirlo rodearlo en un abrazo como si nada hubiese sucedido, Jungkook, su alfa, el amor de su vida y su alma gemela está de vuelta, está despierto; por primera vez en mucho tiempo se siente completo, una abrumadora felicidad lo hace llorar y los recuerdos amargos se borran de a poco con esos besos y caricias, Jungkook es simplemente todo lo que necesitaba para estar bien.
—Te amo demasiado y te extrañé también, lo siento, lo siento mucho —sujetó el rostro del menor, siseando un poco por el tirón que se provocó así mismo por mover el brazo demasiado rápido, la intravenosa se había movido un poco, era el dolor más insignificante de su vida, pero le agradaba, porque le hacía saber que estaba despierto, hasta el más mínimo dolor le hacía confiar más y más en que ese momento no es un sueño—, nunca me disculparé lo suficiente, fue demasiado tiempo, lo lamento tanto, te extrañé antes de esto y durante esto, mis sueños eran tan malos y estuve tan asustado pero ahora estás aquí, en mis brazos y me alivias de cualquier cosa que me haya sucedido.
—Kook... —sus ojos no dejaban de desbordarse en lágrimas.
—Eres real... ¡Demonios! —sonrió de mera alegría con ojos cristalinos y hoyuelos marcados—. Eres real y eres mío, nunca había estado más aterrado en mi vida, pero ahora estás aquí, con mi marca y abrazándome tan fuerte, haciendo que yo y mi lobo nos sintamos tan bien y al mismo tiempo tan culpables por causarte tanto dolor.
—Nunca te vayas de nuevo —fue lo único que formuló entre los picoteos que Jungkook dejaba al chocar sus labios—, in-inténtalo por favor —su voz era lastimera pero sus brazos seguían aferrándose a Jeon con cada newton de fuerza que su cuerpo podía ejercer—. Todo dolía mucho sin ti, ricitos por favor intenta no irte nunca, n-no me vuelvas a dejar —recargó su cabeza contra el pecho del mayor para escuchar su corazón, los hermosos latidos que no había dejado de escuchar por semanas, esa melodía que fue su fuerza para seguir adelante.
—Lo prometo, ángel, prometo que intentaré estar a tu lado cada día del resto de mi vida —con eso dicho sus ojos se abrieron un poco demasiado, un recuerdo llegó a su mente; en el bolso de su saco llevaba el anillo, ese anillo que siempre tenía a la mano desde hace algún tiempo, porque eso lo hacía sentir menos triste al estar lejos de su omega, aún no recuerda la forma en que pasaron las cosas, no sabe lo que sucedió pero sabe que ese anillo debía estar en su bolsillo porque siempre estaba con él, era como su amuleto de la suerte, presente en cada momento, esperando el momento para ser sacado del escondite y posarse en la delicada mano del amor de su vida—. ¿D-Dónde están mis cosas? —titubeó un poco, la preocupación lo provocaba; tal vez la joya se perdió, tal vez su padre la recuperó o tal vez sucedió el peor de los casos... Tal vez Jimin la vio.
—Los paramédicos que te trajeron se las dieron a tu papá —sorbió un poco la nariz y dijo su mentira de manera convincente, la había practicado por semanas y su lobo estaba contento de haber podido mantener el pequeño secreto ante el alfa, la sonrisa llorosa amenazaba con aparecer en sus labios pero iba a contenerla para no evidenciar lo obvio, le alegró no hacerlo, porque Jungkook suspiró con algo alivio—. Quiero besarte y abrazarte hasta que mis labios desaparezcan de mi rostro y mis brazos duelan.
—Más vale que lo quieras porque no voy a soltarte ni un segundo, amor —sonrió, había extrañado la sensación de su lobo contento y alborotado, extrañó sus aullidos y lloriqueos por su omega, extrañó la presencia inevitable de su parte animal; el raciocinio le parece mucho más monótono ahora que ha aprendido a comunicarse con su naturaleza, le gusta sentirse en contacto con su lobo, le gusta experimentar cada sensación que lo involucra, como ese momento que estaba tan ocupado, acicalándose contra el lobito de Jimin, lo dos espectros de su alma se habían reunido por fin luego de una larga separación que parecía eterna e interminable, el rencuentro parecía lejano pero por fin ocurrió, haciendo que sus almas se sintieran completas de nuevo, como alguien que por fin arma un rompecabezas complicadísimo luego de muchos intentos, sus almas estaban juntas por fin y por fin tenían al mundo entre sus brazos.
✧✦✧
La oscuridad de la noche aún no se disipaba, solo un par de horas habían pasado pero Jungkook ya había sido sometido a un sinfín de pruebas y estudios que trataban de averiguar su estado de salud; el doctor Moon realizó algunos estudios de sangre y le informó que los repetirán a lo largo de la semana para observar los niveles de hormonas, Taehyung lo llevó de inmediato al área de radiología para realizarle una resonancia nueva y otros tantos estudios que por suerte, resultaron con normalidad. Aún no establecían una causa física para su estado pero hasta ese momento todos estaban de acuerdo en que su cuerpo había entrado en un estado de depresión por la lejanía de su omega... Por supuesto Jungkook no iba a debatirlo, incluso él mismo sabía que extrañaba demasiado a Jimin.
Incluso teniéndolo ahí, sujeto a su torso, con el oído pegado a su pecho, cerca de su corazón, y el rostro pacífico; lo extraña. Probablemente es culpa, o es la amargura que provoca ese vacío que se instaló en su pecho con cada sueño que tuvo en su inconsciencia, no sabe qué es pero siente que le debe tantos y tantos instantes de felicidad, él mismo se debe esos pequeños momentos porque fue casi un mes consciente alejado del ojiazul, y otro mes en que tal vez no lo sintió como tal, pero lo extrañó infinitamente, como si hubiese estado despierto para torturarse con la lejanía. El tiempo le parecerá eterno hasta que pueda salir del hospital y recuperar el tiempo perdido con su chico, tiene tantos planes que ahora se asegurará de cumplir, se asegurará de no perder ni un solo segundo de su vida con ese hermoso ser humano.
Si algo le enseñaron todas esas alucinaciones es que no quiere perder a Park Jimin, no se imagina una vida sin ese precioso hombre de mirada cálida, no quiere ni pensar en un solo día separado del chico que se ha adueñado de cada uno de sus pensamientos, no puede siquiera concebir la idea de un mundo sin su omega, sabe, y lo aprendió por las imágenes que su subconsciente le proyectó, que buscaría a Jimin en cada una de sus vidas, sea cual sea el ambiente en que se encuentre, buscaría a su otra mitad hasta el fin del mundo. Pensar en que todo sea un sueño de nueva cuenta hace que su corazón se acelere y sus ojos se cristalicen, mucho más cuando ve los ojitos bonitos de su amor cerrarse lentamente, perdiéndose en el repiqueteo de su corazón, arrullándose con la melodía del silencio de la habitación.
—No te duermas —Jungkook miró aterrado los parpados cerrados de Jimin, el nudo se instaló en su garganta y la sensación conocida del pánico hizo sus manos temblar—, por favor, no te duermas —agitó suavemente al chico para atraer su atención.
—Solo los cerré por un segundo, Kook —abrió los ojos y se acurrucó más cerca del mayor, disfrutando su calidez y al mismo tiempo consolándolo con la cercanía, sentía su alteración, sentía su miedo y eso por supuesto no era una buena combinación—, yo tampoco quiero dormir ni que tú lo hagas, te extrañé demasiado como para perder más tiempo a tu lado.
—Tengo mucho miedo, no quiero que sea otro sueño... —se interrumpió por su voz cortaba—. No quiero perderte otra vez.
—No lo es, ricitos, te lo juro... —se amoldó mejor entre el espacio que los brazos de Jeon le brindaban—. Estamos juntos, estamos aquí en el mismo lugar, eres mi alfa y soy tu omega.
—L-Lo sé... Yo solo... —frotó su mejilla contra la coronilla del castaño, dejando un leve rastro de la humedad causada por sus lágrimas—, antes también parecía real, puede ser solo una alucinación muy realista y no quiero.
—¡Oh, lobito! —se elevó un poco para dejar muchos y repetidos besos por el rostro de su alfa.
—Era aterrador, ángel —limpió sus mejillas con la mano y luego volvió a enroscarla en la cintura de Park—. Al principio no me conocías y estaba solo frente a todos, tenía tanto miedo y tú no me querías —los ojos de su chico lo miraban con atención—, fue como si todo lo que nos unía nunca hubiese existido, yo tenía las heridas del accidente de auto y cuando creí que se había terminado, volví a dormirme y desperté en casa de mis padres pero tampoco estabas ahí.
—Sin embargo ahora estoy contigo —debatió con ojos comprensivos, comprende la angustia, comprende la soledad que Jungkook debió experimentar porque él pasó por lo mismo durante cada día que el alfa no estuvo despierto, Jungkook no estaba con él para brindarle seguridad, se sentía abandonado a pensar de estar rodeado de gente que se ofrecía a soportar el peso de la situación con él.
—También estabas en los demás sueños pero en ninguno estábamos juntos —hipó un poco y Jimin se alzó de nuevo para mirarlo al rostro con empatía—, tengo miedo de perderte —el omega juntó sus labios con suavidad, un beso casto y sin movimiento, solo por el simple capricho de reunir sus bocas de nueva cuenta; calmándose y generando ese hermoso revoloteo en su interior, Jeon suspiró aliviado.
Desde que Jungkook despertó hace apenas unas horas, sus lobos no han dejado de mimarse y revolcarse juntos, como no lo hicieron en demasiado tiempo y aunque su alma se siente completa, sabe que la amargura de los malos ratos no se irá del todo, al menos no tan rápido como unas horas; sabe que para el alfa también será complicado de superar, pero al menos ahora están juntos, están a salvo y pueden hacerse fuertes para superar cualquier obstáculo que se les atraviese. Sus lobitos por fin están juntos para mimarse y reconfortarse.
—Es irónico que tú esperabas que todo fuera real mientras yo esperaba que fuera un sueño —la mano de Jungkook acarició su mejilla con un toque casi imperceptible, demasiado suave—. Cuando me dijeron que estabas en coma otra vez mi mundo se desmoronó, quería que todo fuera una jodida mentira, no pude evitar pensar en los peores escenarios, incluso hace un rato tuve la peor pesadilla de mi vida, pero tú me salvaste, siempre lo haces, Kook —suspiró y cerró los ojos cuando el alfa deslizó el índice por su frente para acomodar su flequillo, hasta ese simple contacto le transmitía mucha más confianza—, verte despierto después de tanto tiempo parece imposible, así que comprendo lo que sientes, literalmente siento lo mismo que tú y estoy igual de asustado —inhaló profundo y gracias al tabaco y el aroma tierra húmeda pudo recordar que nada de eso es mentira, Jungkook, su alfa regresó—. Quisiera despertar y darme cuenta de que esto nunca pasó, que nunca te fuiste, quisiera despertar acostado a tu lado en nuestra cama y con tus brazos rodeándome como siempre debieron hacerlo.
—Lamento tanto no cumplir mi promesa —apretó al pequeño contra su cuerpo, obligándolo a esconder el rostro en su cuello—, lamento no estar contigo cuando me necesitabas, lamento causarte dolor.
—No fue tu culpa, alfa —niega aún oculto—, sé que te esforzaste por regresar, sabía que no ibas a dejarme.
—Pero... —propone, sabiendo que existirá una oposición.
—Pero eso no quita lo muy asustado que estaba —sus ojos cerrados permitían que su olfato se agudizara, podía identificar perfectamente cada uno de los componentes del aroma de Jungkook, era como si acabara de descubrirlo, como si nunca antes hubiera olido el fabuloso aroma, se sentía como la primera vez, se sentía seguro como cuando Jungkook lo abrazó y lo marcó aquel día de su primer encuentro—, soñé que tenían que desconectarte, lobito... Fue el peor sentimiento de mi vida.
—Entonces por eso me dolía tanto —Jimin salió y lo miró con confusión—. El último sueño, antes de despertar... —comienza con su explicación—, tu familia iba a cenar conmigo y mis padres, yo fui a recogerte del trabajo, pero tuvimos un accidente, supongo que era el mismo que yo tuve, no lo sé —le restó importancia con un agitar de cabeza—, y en mi mente, el dolor que tú estabas teniendo era por eso, pensé que era alguna especie de dolor físico y no podía ayudarte —los ojos de Jimin hicieron contacto con los suyos y se llenaron de lágrimas—. Mi lobo estaba sufriendo por no consolarte, luego estuve aquí, en lo que creía era otro sueño, pero cuando sentí que te alejaste para levantarte algo era diferente, se sentía real, de alguna manera parecía que nada había cambiado, mi corazón estaba latiendo igual que antes del coma —sus ojos brillaron un poco y una sonrisa nostálgica se instaló en sus labios—. Alguien estaba llamándome en voz alta... Se escuchaba como tú, eras tú; tenía los ojos cerrados pero al escucharte fue como si hubiera visto todas las estrellas alinearse en mis párpados cerrados —picoteó los labios del amor de su vida y continuó—, cuando los abrí estabas a mi lado, por una vez en esa vida, en uno de esos sueños eras mío —la sonrisa era hermosa, radiante y con hoyuelos coronándola, Jimin estaba contagiado aún y con los ojos inundados en lágrimas—, y luego lo sentí todo de vuelta, a mi lobo, tu olor, a ti en mi pecho, eres mío.
—Despertaste para ayudarme otra vez —concluye con voz llorosa.
—Despertaría hasta de la muerte solo para ayudarte, bebé —sus manos rodearon las mejillas del menor y sus pulgares limpiaron las lágrimas que por ellas bajaban—. Te buscaría una y otra vez y eso lo aprendí muy bien con esos sueños —besó la mejilla izquierda para interrumpir el viaje de la gota salada que se apresuraba a descender—, te buscaré una y mil veces en esta vida y en otras más porque eres mi hogar, a quien yo siempre voy a volver, eres lo mejor que me ha pasado y no perdería ninguna oportunidad a tu lado, ángel —dejó otro beso más en la naricita del omega—, pero no quiero arriesgarme a tener que hacerlo de nuevo, estoy cansado y estoy disfrutando mucho este momento, no quiero que acabe.
—Yo tampoco —frotó su mejilla contra la del alfa, bañándolo con su aroma, el rizado disfrutó el momento, respirando hasta la más ínfima partícula de la vainilla y el café que se dispersaba a su alrededor—. ¿Podemos no dormir? —propone.
—Podemos, por supuesto... Podría pasar mil horas despierto mientras sea a tu lado —el momento como siempre se sentía íntimo, amoroso y el aura que los rodeaba no era más que de cariño, cada beso y mimo se sentía como el primero, demasiado felices por reunirse y por compartir cada segundo que podían en compañía del otro.
—Te amo demasiado, nunca tengo palabras lindas para decir y lo lamento pero estoy tan feliz de que hayas regresado, te extrañé mucho —el omega lamió el cuello del alfa, en un gesto animal que hizo sus pieles erizarse, no había una intención más allá, era solo un halago físico de un omega a su alfa.
—Te he dicho muchas veces que no hacen falta palabras para convencerme de que me amas con la misma intensidad que yo a ti —recostó a Jimin para que su costado quedara sobre la camilla, imitando de inmediato la posición para quedar frente a frente. Sus bíceps sirviendo como la perfecta almohada para el de ojos cerúleo que no perdió el tiempo y se acurrucó lo más cerca posible para poder seguir olfateando ese aroma que tanto echó de menos, la mano libre de Jungkook se adentró en el suéter que el menor llevaba, para acariciar la suave piel de su barriguita y luego pasarse por el costado de su cintura para posarse en su espalda baja; ese simple movimiento hizo a Jimin querer llorar de nuevo porque extrañó mucho eso, la cercanía y las caricias que Jungkook le proporciona—. Siento en mi interior lo mucho que me amas y eso es más que suficiente para mí, después de todo yo soy quien debe mimar a mi precioso bebé.
—No voy a soltarte por un año consecutivo —amenaza con burla y ojos dilatados.
—No creo que eso sea posible, eres demasiado responsable para faltar a la escuela, cachorrito —sonrió.
—Por ti podría hacerlo —murmura con la voz divertida, ojos abiertos, rojos por el llanto reciente—, no me importaría perder el año solo para recuperar el tiempo que perdimos.
—Pero yo no te dejaría hacerlo, lo sabes.
—Lo sé —asiente en acuerdo, ambos se sumergen en un silencio cómodo, la atmósfera se vuelve muy tranquila una vez que están en compañía del otro, y por supuesto, cuando tienen la certeza de que ambos están a salvo. Jimin se giró dentro del abrazo para quedar con la espalda pegada al pecho de Jungkook, se siente conforme pues el aroma a petricor estaba rodeándolo por completo. Tenían una vista del cielo a través de la pequeña ventana cerrada de la habitación, los colores del amanecer comenzaban a pintar todo a su paso.
—Extrañaba esto —Jungkook habló luego de un rato, apretando más el brazo que se ceñía a la cintura del menor, con su mano aún acariciando su pancita mientras el ojiazul jugaba con los dedos de la otra.
—Yo también, como no tienes idea.
—Sé que el tiempo que estuve en coma fue mucho peor para ti que para mí —Jimin cerró los ojos un momento, disfrutando de la melodiosa voz de su alfa, luego de dos meses estaba escuchándolo en persona, luego de un mes estaba escuchándolo hablarle muy cerca, casi susurrante en su oído y no podía querer que fuera de otra forma—, pero incluso antes de esto, ya te extrañaba.
—¿Bromeas? —habló bajito besando la yema de los dedos de Jeon—. Ese mes donde estabas viajando parecía lo peor de mi vida, pero luego ocurrieron cosas peores, no debí darlo por sentado —el alfa soltó una risa nasal por el comentario, más triste que divertida.
—¡Desde el día uno, ángel! —exclama en un susurro como lo más obvio—. Incluso desde que nos alejamos en el aeropuerto yo ya anhelaba estar en la cama de mi verdadero amor, de vuelta al lugar de donde vine —sus dos brazos rodearon a Park en un abrazo fuerte que le sacó una risilla—, estaba tan lejos de ti, mi amor, en lugares maravillosos pero mi corazón aún latía por mi hogar, por mi preciosa rosa —soltó el estómago del castaño para entrelazar sus manos y besar la del pequeño en el dorso—, muchas veces, cada día creo, le dije a papá que anhelaba estar entre tus brazos y como ama mucho a mamá, el me comprendía.
—Entonces, ¿me extrañaste mucho? Como... ¿Demasiado? —cuestiona con un toque de inocencia y gracia, Jungkook sabe muy bien que Jimin a veces necesita que le repita infinidad de veces lo mucho que lo ama, y no porque no lo crea, es solo que quiere sentirse mimado y él quiere mimarlo, por ello se lo repetirá las veces que sean necesarias hasta que su precioso tesoro se sienta complacido.
—Demasiado —asiente y entierra su nariz en los cabellos cafés—, cada día era una tortura, despertaba y me sentía agotado, trabajaba y no podía prestar atención porque mi lobo no dejaba de aullar por ti.
—¿Entonces solo era cosa de tus instintos? —el de rizos chocolate sabe que no lo pregunta con seriedad.
—Por supuesto que no, yo también extrañaba a mi precioso niño de ojos azules y sonrisa bonita —pudo percibir como los labios del omega tiraban hacia arriba, incluso sin verlo de frente, pudo ver sus mejillas se anchaban un poco al estar sonriendo—. ¿Cómo podría no extrañar al sol de mi cielo? —se estiró para besar la mejilla rojita del chico—. Todo se ilumina cuando te veo, siempre estás en mi mente, eres a donde pertenezco, cachorrito.
—Eres el mejor hombre del mundo —alzó un poco su pierna para que la de Jungkook se entrelazara con las suyas—, gracias por estar de vuelta en casa, lobito.
—No había nada que quisiera más que estar contigo, cada avión, cada lugar en el mundo pierde su encanto si no estoy contigo, claro que tenía que volver a ti —la punta de su nariz acarició la parte trasera del cuello de Jimin, causándole un escalofrío—. Incluso esto es mejor, estar contigo en una cama de hospital mirando el amanecer se siente mucho mejor que cualquier otra cosa —señaló la ventana para que los ojos de Jimin se enfocaran en ella—, el azul y el magenta del cielo son solo tuyos y míos, este momento nos pertenece y merecemos que sea así después de todo lo que tuvimos que pasar, amor.
—Es el mejor día que he tenido desde hace tanto tiempo —Jungkook lo giró para que quedaran de nuevo frente a frente, entrelazó sus manos en el aire—, y todo gracias a ti y a tus ojos que por fin se abrieron —el alfa sonrió y sus ojos brillaron de puro encanto al ver al precioso chico frente a él, la forma de sus ojos y la manera en que el azul se encendía al ver como el amanecer estaba arrasando con la oscuridad de la noche.
A Jungkook siempre la ha gustado la forma en que los ojos de Jimin brillan durante el día, haciéndose más y más claros para combinar con el azul bebé del cielo, le gusta que parecen aclararse aún más cunado el exterior está nublado, como si quisieran pintarse de blanco, le gusta sin duda ver esos orbes destellando en colores claros, pero le gusta mucho más cuando la noche los hace oscurecerse, le gusta cuando el azul se acompaña de las pupilas dilatadas para hacer juego con el negro, ¡¿cómo no iba a gustarle?! Si esos ojitos hacen palidecer a los millones de estrellas que habitan el universo.
—No hay nadie como tú —juntó su nariz con la del omega para darse un besito esquimal, los dos chicos mantuvieron sus ojos cerrados—, la luz que irradian tus ojos, se ve tan linda con la noche, la luna y las estrellas se ponen en su sitio guiándose con tus pupilas porque no hay mejor brújula —los ojos verdes pudieron ver que los azules se abrían con lentitud dejando a la vista un rayito de alegría en su corazón—, definitivamente me guían a casa —y se mantuvieron así, despiertos porque nada les faltaba y el miedo los paralizaba, iban a mantenerse despiertos porque estar así, los dos juntos y conversando sobre todo y nada a la vez era mucho mejor que soñar con escenarios que los alejaban del otro, estar despierto era mucho mejor si sus ojos tenían el privilegio de ver el futuro al lado del amor de su vida.
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—Estoy feliz de que estés de vuelta, amigo —Hoseok se acercó a él. Sus padres aún no lo veían porque preferían esperar a la hora de visitas, sin embargo sus tres amigos habían ido a visitarlo a lo largo de la mañana ya que bueno, ellos son médicos. El primero fue Yoongi que se mostró bastante gracioso y aliviado por la salud del alfa puro, quiso escudarse en que por fin había vuelto el único ser humano que controla a Jimin de manera adecuada y que por fin el omega iba a dejar de molestarlo por ocultar su noviazgo con Zico; la verdad es que el beta no estaba nada preocupado por eso, el omega no había tenido ni tiempo ni los ánimos para reclamárselo adecuadamente, en el fondo deseaba que lo hiciera, deseaba no verlo tan decaído.
Después de eso, llegó Taehyung en un plan mucho más casual y amistoso, dejó de lado las formalidades médicas y los tecnicismos, se esforzó solo en demostrarle a sus amigos lo muy contento que estaba por los dos, hablaron un poco sobre el crecimiento de su estómago y Jungkook, por supuesto les agradeció haber estado para Jimin todo ese tiempo, les agradeció los cuidados que le han brindado y a el neurólogo específicamente le dio las gracias por tratar su enfermedad como todo un profesional, después de todo, si Jungkook estaba vivo era en gran parte a los esfuerzos que Taehyung ponía día con día para reanimarlo.
Luego llegó Hoseok con mirada cálida, tan cariñosa como la recordaba. Antes, cuando aún no se relacionaba con los amigos de su omega, Hoseok le parecía una verdadera amenaza, su lobo se ponía celoso y posesivo porque su mirada siempre ha reflejado un cariño inmenso, un sentimiento de armonía constante al mirar a Jimin, con el tiempo aprendió que Hoseok es así por naturaleza, es cariñoso, amigable y familiar, es como un oso de peluche al que quieres abrazar a cada momento solo porque si, sabe que Hoseok es así, amoroso y cuidadoso con los que quiere... Sin duda será un gran padre y ha sido un gran amigo para Jimin durante todo este tiempo, todos lo han sido y él no tiene más que agradecimientos para esos tres chicos que sabe que cuidarían a su omega con la vida si fuera necesario
—También me alegra estar de regreso —ladeó una sonrisa—, gracias por cuidarlo —sus ojos verdes se enfocaron en los miel. Jimin había salido hace un rato para comer algo con su familia; le costó demasiadas súplicas convencerlo, pero al menos ahora su niño estaba comiendo con mucho más ánimo que antes—. Tú y los chicos de verdad fueron un gran apoyo para él y nunca voy a agradecerles lo suficiente por quererlo tanto.
—Amar a Minnie es fácil —le resta importancia con una sonrisa tranquila—, cuidarlo no tanto, tuvimos que regañarlo demasiadas veces... Simplemente no descansaba lo suficiente
—Estaba aquí todo el tiempo, ¿verdad? —la culpa hizo que sus ojos perdieran brillo y su sonrisa se debilitara.
—Intentábamos que fuera a casa al menos unas horas, por la noche quizá, pero se negaba, por eso ahora está tan delgado y agotado.
Por la felicidad de tener a su precioso chico de vuelta, Jungkook no se había detenido a meditar en el rostro cansado de su omega, ojeras profundas y ojos demacrados, pómulos afilados más de la cuenta pues su rostro delicado estaba visiblemente contorneado; a falta de buena alimentación y descanso, supone. La piel se veía deshidratada, los deditos de sus manos se sentían más delgados al entrelazarlos con los suyos y los abrazos se sentían más apretados, como si sus brazos llegaran más lejos en el cuerpecito de su omega. Jimin estaba mal y Jungkook no se había puesto a meditar eso. Jimin necesita descansar, alimentarse y Jungkook no está siendo un buen alfa al no hacerlo dormir, había llegado a un acuerdo ridículo, sí, no contempló la salud de su bebé.
—No me había detenido a reflexionar sobre su estado, soy tan egoísta —se dijo así mismo en voz alta, el médico cirujano lo miró confundido—, ambos teníamos miedo de dormir, creí que no estaría mal, estoy tan asustado pero ahora no me importa... No quiero que Jim esté mal por eso, si algo le pasa es mi culpa, yo no debí decirle, no debo alimentar más su miedo, debería calmarlo, soy un mal alfa, yo...
—¡Hey, no! —Hoseok negó—. Está bien, ambos se extrañaron y ahora que estás bien y pensaste todo, él podrá descansar, todo va a estar bien —la mano del alfa castaño se colocó en su hombro como una especie de consuelo, sabe que todos tendrían miedo en una situación así, no puede reprochar nada, solo quiere ayudar a sus amigos, siendo comprensivo y apoyándolos.
—Debí pensarlo, Hoseok... ¡¿qué tal si mi lobo no está bien?! ¡¿Qué tal si estoy perdiendo a mi alfa?! —la alarma era clara en su mirada asustada—. No quiero, no quiero que se vaya ahora que me agrada.
—Kook, vas a alterar a Jim, vas a asustarlo, cálmate —el ojiverde estaba luchando consigo mismo para no apresurar su respiración.
—¿Qué está pasando aquí? —Taehyung frunció el ceño y se acercó a Jungkook para examinarlo, todo un profesional con su paciente.
—Ay Hoseok, te dejamos al niño por unos minutos y ya hiciste que se alterara —Yoongi bromeó aunque sus ojos no eran del todo cómicos, mirado hacia el rizado con preocupación.
—Cállate, Yoongi —el castaño ojimiel frunció su ceño con molestia hacia el beta pero regresó a Jeon en segundos—. Tú le dijiste a Taehyung que sentías a tu lobo, todo está bien —de nuevo sus ojos miraban a Jungkook, tratando de calmarlo pues tenía un gesto preocupado en su rostro—. ¿Lo dijiste? —el rizado asintió—. ¿Y es verdad? —volvió a afirmar—. Ahí lo tienes, es normal que hayas cometido un error tan simple... Y yo ni siquiera lo llamaría error, ambos están asustados, ambos se extrañaron, es aceptable que quieran estar juntos lo más que se pueda.
—Pero Jim no ha dormido, él es más frágil, si algo le pasa...
—Amigo, tú acabas de despertar del coma, no puedes hablar de fragilidad —Taehyung regañó con burla sin comprender del todo la situación. Y aunque lo dijo en un tono gracioso, no era mentira; Jungkook lucía ojeras profundas y mejillas pálidas, cabello desalineado a pesar de que Jimin se lo cepillaba cada vez que tenía oportunidad, ojos cansados y su torso estaba mucho más delgado a falta de alimentos adecuados—. Supongo que estamos hablando de lo terco que es Jimin y de lo poco que ha comido y dormido, ¿no?
—Amor, ellos no querían dormir ni un poco... Ambos están asustados —Hoseok lo miraba como queriendo trasmitirle un poco de compasión por el alfa puro, Taehyung a veces es demasiado directo en sus palabras, no mide del todo sus frases y termina por lucir como alguien rudo y poco empático, es un alfa después de todo y su semblante regañón y disciplinario solo puede empeorar con el embarazo.
—Es una tontería —es claro que los ojos de Hoseok no funcionaron en lo absoluto—, ambos necesitan descansar, Minnie luce como un zombie, no ha brillado como él lo hace desde hace semanas, Jungkook tú no luces muy diferente, tal vez debas verte en un espejo, rizos —Yoongi rió por los comentarios del pelinegro—. Jimin va a escucharme, ¡es un enfermero por dios! Él debería ser el coherente aquí —Jungkook comenzó a calmarse un poco, estar rodeado de esos chicos y escuchar a Taehyung hablar de esa forma siempre resulta en una situación graciosa aunque no lo sea, su lobo dejó de culparse sobre manera y dejó de preocuparse, la situación tiene solución.
—Tae, basta —por fin el traumatólogo interrumpió—, estarías igual si fuese Hoseok quien acabara de despertar así que cierra la maldita boca —rodó los ojos con gracia y miró a los verdes que solo se deshacían del llanto mediante algunos parpadeos, Jungkook es realmente tierno cuando se lo propone, a pesar del aura territorial y peligrosa que lo rodea por ser un alfa puro, todos saben que no es más que un alfita tierno y adorable como Jimin lo llama—. Ambos necesitan estar bien para transmitírselo al otro, nada va a suceder, Jungkook... Todos estamos aquí, te han hecho estudios, no te sientes mal, tienen que dormir.
—También me hicieron estudios antes de irme de viaje y mira como terminó todo —alzó las cejas con burla a lo que Taehyung abrió la boca enormemente con indignación.
—¡¿Qué estás tratando de decirme, alfa idiota?! —el rizado rió por primera vez, una carcajada pequeña al ver a su amigo realmente molesto por un corto comentario cuando él le había dicho cosas peores—. Solo espera que me saquen a este bebé y verás —amenaza, tocándose instintivamente su vientre abultado de poco más de cinco meses, redondito y cargando un futuro alfa puro.
—Estás demasiado sensible, Kim —Min lo sujetó por los hombros—. Aunque tomando en cuenta la condición de ambos, están parejos, pueden hacer un duelo de miradas o algo como eso —ahora Hoseok se cubrió la boca para contener la risa y Jungkook lo imitó, Taehyung frunció el ceño, el mal humor ha empeorado últimamente, sobre todo por el estrés que todos han vivido por la situación—. Mami Taehyung debe guardar reposo, no quieras hacer más de la cuenta.
—Más vale que no hayas querido decir que no soy capaz de golpear a Jeon, porque puedo —asiente orgulloso, recobrando su rostro pacífico—, si quisiera lo haría ahora mismo y mi bebé no resultaría lastimado ni un poco —mira con arrogancia fingida a Yoongi, después de todo su amigo solo bromea—. O puedo decirle a mi alfa que lo haga por mi.
—Creo que paso —Hoseok alzó las manos con una rendición graciosa.
—Soy un alfa puro, no podrías conmigo ni aunque te ayudaran 5 personas —Jungkook le correspondió con el mismo tono, involucrándose en la charla divertida y olvidándose de su angustia de hace un rato.
—¡Vamos rizos! No vas a decirme que estarías en una pelea —el pelinegro se burló de él, despeinando sus cabellos un más—, creo que solo dirías una grosería, te esconderías en el cuello de Minnie y pedirías perdón por ser agresivo —el sarcasmo era obvio y los otros dos soltaron risas al estar de acuerdo, Jungkook no es del tipo de chico que se pelearía a diestra y siniestra por razones absurdas, mejor dicho, Jungkook no es un alfa que se pelearía por nada en absoluto cuando es todo ternura.
—¡Claro que puedo pelear! —reniega con el ceño fruncido—. Soy absolutamente rudo, estúpido Kim.
—¡Lobito! —los cuatro giraron hacia la puerta donde Jimin miraba al ojiverde con el ceño fruncido—. ¿Por qué ofendes a Taehyungie?
—¡Él comenzó! —se escuda de inmediato y recibe al omega que se amolda perfectamente entre sus brazos abiertos, Jungkook acercó sus labios a la mejilla del pequeño para depositar un beso y luego deslizarse hacia su oído y susurrar un suave—. Te extrañé, ángel.
—Yo más, ricitos —devolvió el beso en la mejilla contraria con una sonrisa suave y volvió al rostro serio—. ¿Por qué ofendiste a Taehyung?
—Porque estaba insultando mis habilidades para pelear, obviamente no iba a dejar que me pisoteen... —las manitas de Park acunaron el rostro del alfa—, soy un alfa.
—Pero está embarazado, no debes hacerle pasar disgustos —sus ojitos estaban entrecerrados en una reprimenda—, además es claro que él no piensa eso de ti, pero sabe que eres el alfa más lindo y suave del mundo, nunca harías nada malo, por eso lo dice —las mejillas del alfa se calentaron al oír eso, el sonrojo y los pocitos de sus comisuras aparecieron de inmediato.
—¡Bien! —se rindió—. Lamento eso, Tae —dijo hacia el alfa sin mucha seriedad para picotear los labios de su omega y acariciar sus narices en un beso esquimal, ambos con ojos cerrados y sonrisas tiernas.
—¡Mierda, los extrañé siendo así! —Yoongi se tiró sobre ellos de un salto para abrazarlos al mismo tiempo—. Empalagosos y tan endemoniadamente cursis.
—¡Vas a aplastar a Jim! —Taehyung lo alzó de inmediato por la oreja—. No debes hacer eso, Yoongi, pudiste sacar la vía de Jungkook —regaña aún sujetándolo de la oreja.
—¡Vas a arrancarme la oreja, demonios! —el azabache lo soltó y sonrió socarrón—. No dejaré a mi ahijado contigo, eres un peligro.
—¡Tocas a mi cachorro y verás! —le gruñó al beta que le sacó la lengua a modo de juego.
—Será mejor que nos vayamos y dejemos a los chicos en paz para que puedan descansar —rodeó a Taehyung por los hombros y miró sonriente hacia Jimin que estaba siendo rodeado por los brazos de Jungkook a través de su cintura mientras mantenían una conversación en susurros y grandes sonrisas; para ser sincero él también extrañó ver a sus amigos tan tranquilos y felices, extrañó ver a su alfa mucho más tranquilo, al menos lo que el embarazo le permite. Taehyung estuvo muy estresado durante todo este tiempo, ser el médico de uno de sus mejores amigos era demasiado, pero se negaba a dejar a Jungkook en manos de otra persona. Es claro que nadie podía reír o pasarla bien cuando uno de ellos, un integrante de su familia estaba en peligro. Pero ahora Jungkook volvió, Jimin sonríe, Yoongi hace bromas y volvió a usar su tono sarcástico y Taehyung, Taehyung se ve mucho más relajado disfrutado de la paz y la tranquilidad de su embarazo.
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—Bebé, debes dormir —Jungkook tenía al menos 15 minutos insistiendo en esa oración, los chicos se habían ido poco antes de comenzar con esa guerra, pero Jimin simplemente no cedía por más que le recordaba que era por su salud.
—¡No quiero, estoy bien! —el omega se removió dentro del abrazo para acurrucarse adecuadamente en el costado de Jungkook, su bracito rodeaba el torso del chico mientras acariciaba su cuello con la punta de su nariz—. Hueles demasiado rico, te extrañé alfa bonito.
—Eso no es excusa, debes dormir... Estaremos bien —tal vez aún no se cree del todo esa frase pero sabe que lo más importante es que su chico descanse y esté saludable, debe convencerlo de que lo correcto dormir.
—Dijiste que podríamos quedarnos despiertos, no quiero dormir —negó y su voz dejaba en claro el berrinche que estaba haciendo, su alfa le prometió una cosa y ahora no está cumpliendo.
—Pero, ángel...
—¡Pero nada, alfa! —su ceño estaba fruncido cuando salió de su escondite y miró determinado al mayor—. Quiero pasar tiempo contigo y eso voy a hacer —Jungkook sonrió involuntariamente por el adorable gesto de su omega, esos ojos profundos y algo dilatados por la exposición prolongada a su aroma, las mejillas coloradas y la nariz arrugada por la molestia. Jungkook podría perderse por horas enumerando cada detalle del rostro de Jimin, todo él le parece hermoso, como ese ceñito fruncido que en lugar de verse intimidante luce demasiado tierno, esas largas pestañas que quiere contar una a una cuando acaricien los pómulos marcados de su omega cuando esté dormido; Jimin es sencillamente su imagen favorita, pero aunque quisiera observarlo todo el tiempo, debe hacer que duerma.
—Cachorrito, no seas testarudo... Ambos vamos a dormir ahora, estaremos juntos todo el tiempo y cuando despertemos nos daremos cuenta de que seguimos así, el uno al lado del otro y será así siempre.
—Pero tengo miedo, dijiste que tú también lo tenías —el puchero fue inmediato y los ojos azules se cristalizaron en automático, hace un segundo estaba molesto y ahora se muestra tan triste, le duele provocar eso en su chico—. N-No quiero verte con los ojos cerrados de nuevo, duele, lobito.
—Y a mí me duele verte tan cansado, bebé —lamió las lágrimas que estaban bajando por sus mejillas, el nudo de su garganta se formó otra vez porque vamos... Él también tiene miedo, no pueden pedirle que lo supere en unas cuantas horas, es claro que va a contagiarse de la tristeza ajena.
Las pesadillas son algo a lo que todos nos hemos enfrentado alguna vez en nuestra vida, enfrentar ese terror en el fondo de nuestro pecho, esa agitación de nuestro corazón cuando alguno de nuestros peores temores se nos aparece frente a frente, dejándonos vulnerables ante ello, atacándonos hasta dejarnos ocultos en el fondo de la oscuridad es algo que puede causarte angustia, nadie quiere repetirlo, y mucho menos quisiera darse cuenta de que eso está ocurriendo en realidad, por eso Jimin y Jungkook tienen tanto temor de parpadear siquiera, no quieren que las imágenes tan dolorosas se repitan o se conviertan en su realidad otra vez.
—No quiero que seas un sueño... —continuó el rizado—, o al menos ese tipo de sueño —Jimin lo miró confundido—. Antes de conocerte, tenerte a ti o a cualquier otra persona en mi vida aparte de mis padres era una especie de idea loca, pero al verte, escucharte y pensarte me di cuenta de que eres el más loco sueño que nunca tuve —Jimin se refugió en su pecho y Jungkook acarició su cuero cabelludo con calma, tratando de adormecerlo—. Ahora sé que lo sueños son reales, aunque no los tengamos, porque se sueña despierto, tú eres mi más hermoso sueño, eres el hombre de mis sueños, eres un sueño seguro —su palma se deslizaba por la espalda del omega en un ritmo lento, pero aún sentía el dedito trazando figuras en su pectoral, aún no tenía sueño, solo estaba tranquilo—. Si tengo que regresar a la oscuridad, lo haré sin miedo porque sé que voy a soñar contigo.
—Despertaste y le diste vuelta a mi universo —ahora fue el turno de Jimin para hablar—, y no hablo de esta vez en particular, la primera vez... —explica—, le diste la vuelta a mi mundo de la manera más linda que puede haber y no puedo imaginarme otro día sin ti, Kook... Por favor no me hagas verte dormir de nuevo.
—Sé que habrán momentos de sufrimiento pero estaremos bien, bebé... pase lo que pase —palmeó su hombro para que lo mirara a los ojos, transmitiéndole la confianza, viéndose firme en sus palabras—, y si me voy de nuevo, cosa que intentaré que nunca suceda, recuerda que hoy, mañana y por siempre estaré a tu lado, donde quiera que estés ahí estaré porque una parte de mi corazón y mi alma están aquí dentro —con su dedo índice tocó el pecho del ojiazul—, pertenezco a ti, Jim.
—Aunque no crea en mí, tú me haces sentir que soy mejor de lo que pienso, cuando te conocí, me hiciste el chico más feliz del planeta, me diste un nuevo comienzo y no quiero perderte —suspiró derrotado—, pero confío en ti, sé que estaremos bien y si no, te esperaré siempre, pase el tiempo que pase, siempre estaré a tu lado, mi amor —acarició sus mejillas juntas en un gesto cariñoso, parecería que estaban en una clase de despedida dolorosa pero no era así, era solo una promesa, una que se esforzarían por no romper—. Estoy asustado y sé que esa sensación no se irá por algún tiempo, pero intentaré dormir, sé que me cuidas y yo te cuido a ti de lo que pueda pasar.
—Gracias —ambos observan la ventana por un rato, limitándose a guardar silencio y disfrutar del abrazo que compartían, pero Jungkook sabe que está siendo muy complicado para Jimin dormirse—. Parece que está muy nublado hoy.
—No me importa, el sol no hace falta, la vitamina d me la das tú con tus besos —Jungkook se sonrojó por el halago y negó sonriente, Jimin se puso boca arriba en la camilla, desfrutando de la palma de Jeon que frotaba círculos en su pancita—. Dame un beso —la petición fue en un tono divertido y Jungkook no se creyó capaz de negar, así que picoteó sus labios cuando se puso de costado, Jimin rió—. Quiero un buen beso, alfa bobo.
Para ser honestos no se habían dado un beso decente, al menos no uno profundo y prolongado, Jungkook de verdad deseaba probar la boca de su hermoso chico, por ello acercó sus labios a los del omega, sin tocarlos aún, los dejó unos cuantos milímetros de distancia para que sus alientos se combinaran y sus narices se tocaran. Dejó un beso casto y se alejó para ver los ojitos descolocados de Jimin, se acercó de nuevo y dejó que su boca permaneciera un poco más en contacto con la ajena, comenzó con un movimiento suave que el ojiazul correspondió de inmediato, lamió los labios gruesos del menor que abrió la boca dócilmente para dejar que la lengua del mayor se adentrarse, para dejar que recorriera hasta la más ínfima parte de su cavidad.
Sintió cosquillas en el paladar y soltó una risita acompañada de un suspiro, Jungkook podría derretirse ahí mismo por el cariño burbujeante de su interior, Jimin es el más tierno omega que existe. Con su mano juntó aún más sus rostro, empujando por la nuca del menor. Chupó y movió sus labios con un ritmo constante, sintiendo como sus lenguas bailaban a la par, dejando que el cosquilleo de su pecho se hiciera más y más grande cada vez, haciéndolos suspirar de mero gusto y satisfacción.
—¿Fue un buen beso, bebé? —el chico asintió de inmediato con las mejillas rojitas y los ojos brillantes—. Bien, ahora a dormir, mi hermoso cachorrito tiene que descansar —besó sus labios una vez más, ésta vez más suave y rápido. Jimin no tuvo otra opción más que asentir, abrazándose de inmediato al alfa y dejando que su cuerpo descansara luego de un rato—. Te amo, Jim —ambos durmieron, lo hicieron porque podían, porque por fin estaban juntos y merecían un rato relajante luego de tanto tiempo de sufrimiento.
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